Tomar decisiones de diseño de software implica encontrar un equilibrio entre varios atributos de calidad, como rendimiento, usabilidad y seguridad. Sin embargo, al profundizar en el análisis, surgen otros criterios igualmente importantes, como el mantenimiento, la escalabilidad del sistema y, desde una perspectiva empresarial, el tiempo de comercialización (GTM o Go to Market). En muchas ocasiones, la presión por lanzar nuevas funcionalidades rápidamente puede comprometer estos atributos.
Como arquitectos de software, tenemos la responsabilidad de abogar por la calidad dentro del contexto empresarial, buscando un balance adecuado entre los diferentes criterios, especialmente cuando se trata de priorizar la calidad frente al GTM. Esto requiere una comprensión integral de las necesidades tanto del negocio como del sistema técnico.
Desde otra perspectiva, el arquitecto debe aplicar un juicio adecuado para determinar qué nivel de calidad es aceptable en cada situación. Aunque el objetivo ideal podría ser alcanzar una cobertura de código del 100%, pruebas exhaustivas en todas las plataformas o navegadores, y la capacidad de soportar cargas masivas, es necesario identificar qué criterios pueden ser negociables y cuáles son indispensables para el éxito del proyecto.
El contexto empresarial es clave para tomar decisiones informadas sobre cómo equilibrar los atributos de calidad. Mantener un diálogo abierto con los interesados, ya sean los dueños del producto, los usuarios finales o los ingenieros, permite comprender las prioridades y limitaciones. Además, considerar diversas perspectivas sobre el diseño técnico de la solución ayudará a garantizar que se tomen decisiones más completas y alineadas con los objetivos del negocio y del producto.